La fofucha ha sido un encargo y los patines todo un éxito.
El cuaderno de deseos ha sido un regalo que le hecho a una amiga, que además hacía mucho tiempo que estaba sin ver...
Cuando empece mis creaciones, sabia perfectamente lo que queria hacer... era que en cada fofucha/o estuviera impregnada/o la alegria, el reflejo, la esencia de la persona que me la encargaba. Me alegra cada vez que las entrego que la persona me diga que parece que tienen vida propia, por lo que transmiten. Esa sensación y la satisfación de todo el proceso, desde que elijo los colores, me vienen ideas y las plasmo en la muñeca/o que hago... lo demás viene solo.
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